Escrito por Eduardo Muñoz
Es australiano, es escultor y algunas de sus obras están en San Ildefonso.
Esta semana fui a darme una vuelta a San Ildefonso para poder ver la obra de Ron Mueck. Me llamó la atención el que por primera vez en muchos años, vi un museo lleno en una mañana de martes. Claro, es el día en que la entrada es libre y al igual que yo, muchas personas aprovecharon para irse de pinta y conocer a uno de los primeros artistas cuya obra ha sido reconocida principalmente por internet, casi de forma viral.
Si bien extrañaba la libertad que te da el ir a un muso entre semana y encontrarlo prácticamente vacío, en realidad sentí un gran alivio por ver el ánimo que se puede generar a través del arte. Las fotos se las debo, pues dejé la cámara en mi casa (a manera de crestomatía, tomo algunas imágenes de otros sitos)
Es una lástima que haya apenas una docena de piezas en un recinto tan grande como lo es San Ildefonso, pero las piezas presentes muestran la calidad de la obra de dicho artista.
Es, ante todo, una exposición que ha generado una controversia casi doméstica en la comunidad artística de la Ciudad de México, pues he escuchado que hay quienes se sacan un poco de onda de que a la banda les guste tanto el hiperrrealismo, y seguramente más de uno pensará que dicha muestra no es sino una propuesta vanal y frívola de quienes buscan atraer un público masivo y poco maduro, generalmente desinteresado en el arte.
Mientras me acercaba a las piezas y podía escuchar los Oh! y Ah! del público que señalaban con asombro los poros de la piel y la cuidadosa insersión del cabello, yo iba pensando en si realmente estaba frente a una obra frívola y vacía, o que en el mejor de los casos, podría tener un valor anecdótico como los trampantojos pictóricos, en los que una vez que se ha descubierto el engaño pierden su interés.
Sin embargo, en este caso eso no ocuría, pues una vez sobrepasado el asombro casi natural de ver una cara reposando sobre un pedestal pero con dimensiones exageradas, aún existía un nivel cognitivo que poder observar en la obra. Era evidente la maestría en el uso de la técnica, la composición y el color, pero existía algo más, una especie de impulso sensual en estas obras. Creo que gran parte del valor que tiene el realismo en el arte es el de despertar estas sensaciones, en distintas formas. La carnalidad y la corporeidad ahora nos son tan extrañas, sobre todo en una época en la que las relaciones interpersonales son cada vez más dependientes de internet, de las redes sociales y en general, de una comunicación distante y frugal.
¿Cuál es la razón de que el mal llamado hiperrealismo tenga tanta fuerza dentro de la pintura y la escultura y que esté robándole cámara al arte contemporáneo? Creo que más que el efecto de la trivialidad y decadencia del arte culto en favor de las ideas simples y el consumosin sentido... Yo creo que más bien estamos viendo cómo se empieza a fracturar la esfera hermética creada alrededor de los circulos de quienes se han colocado como representantes del "arte contemporáneo" como sinónimo de arte culto.
Y es que si bien el arte contemporáneo ha logrado un nivel de intelectual y complejidad muy profundo y que han permitido que muchas de las ideas que teníamos para ver al mundo y a nosotros mismos hace cincuenta años hayan cambiado, también hay que admitir que muchos de los "artistas contemporáneos" símplemente han generado una obra basada en la ocurrencia, con la pereza de la inmediatez, y apoyados en la insitución museística curatorial, la lògica del mercado y la oficialía cultural.
Parece, que nos hemos acostumbrado a los artistas flojos que dicen mucho y hacen casi nada. Que quieren hacer carrera con una obra, que quieren cobrar la quincena con lo hecho en un par de horas, que un día son artistas, al otro diseñadores, al otro dj's, al otroteóricos y en sus ratos libres también le hacen a la curaduria. Tal vez por eso, cuando vemos la obra de Ron Mueck, lo primero que nos asombra es la cantidad de trabajo y paciencia que se requiere hacer cada una de sus piezas.
Foto: Yazmín Ortega Cortés, tomada de la publicación en línea de la jornada del jueves 15 de septiembre de 2011.